martes, 12 de julio de 2016

So sorry!

Mis muy queridos amigüitos au pairs,

siento mucho, mucho, mucho este "abandono". Y lo pongo entrecomillado porque quiero que sepáis que no os he abandonado para nada. Os sigo leyendo a todos y cada uno igual que siempre, aunque no haya comentado en vuestras nuevas entradas. Y no, tampoco es que haya perdido ilusión ni nada por el estilo...

Os comento:

El día 23 de junio empecé a trabajar como monitora en unos campamentos de inglés, de siete días de duración cada uno, con la mitad de los acampados españoles y la otra mitad voluntarios nativos, de todas partes del mundo. Pensé que era una oportunidad única para ir cogiendo fuerza para cuando me vaya a Nueva York, ya sabéis, que mi oído se vuelva a hacer poco a poco a según qué acentos, volver a reforzar mi pronunciación y recuperar el vocabulario perdido. Y la verdad es que me ha servido muchísimo. Ahora bien, no es todo un paseo de rosas, porque aquí mis queridos participantes tienen todos entre 13 y 18 años. Traduzco: la edad del pavo, en la que me creo muy cool, muy mayor y el centro del universo.
En realidad los dos primeros campamentos han ido bastante bien (uno mejor que el otro, tampoco vamos a mentir), pero eso no quita que hayan exprimido hasta el último segundo de mi energía vital. Trabajar de nueve de la mañana a una y media de la mañana (con suerte), como comprenderéis, no me deja mucho tiempo para escribir... y menos cuando una se ha olvidado el portátil en casa.

Así que aprovecho uno de mis tres días libres para escribir estas líneas y deciros que, aunque lo parezca, no os he olvidado y que os sigo llevando en mi corazoncito.

¡Deseadme suerte para los últimos dos campamentos!

Con amor,

Septiembre.